A la hora de desarrollar un videojuego, su aspecto visual o su historia importan tanto como su jugabilidad. Es un concepto básico en la industria, quizás incluso más que los dos anteriores, pero lo cierto es que no todo el mundo tiene claro qué es exactamente la jugabilidad en un videojuego ni hasta qué punto condiciona la experiencia. ¡Por eso de aquí no te vas sin tenerlo bien claro!
La jugabilidad es la forma en que se siente y en la que funciona un juego cuando lo jugamos. Es la experiencia que conforman aspectos como la respuesta de los controles, las reglas y mecánicas que permiten actuar, y la claridad con la que el juego devuelve feedback al interactuar con él. Dicho de otro modo: la jugabilidad es la calidad de la interacción jugador-sistema, lo que hace realmente divertido jugar.
Por eso es importante cuidarla, dedicarle tiempo, porque unas mecánicas bien trabajadas, unos controles que hagan la interacción lo más intuitiva posible y una dificultad tan bien diseñada como adaptada mantienen el interés y evitan una frustración que, en muchas ocasiones, determina una fecha de caducidad temprana para el videojuego.
Reducir la latencia de entrada y afinar el game feel, por ejemplo, hace que cada acción parezca inmediata. Además, un buen diseño de niveles y unas recompensas proporcionales al esfuerzo empleado dan más valor a la experiencia y sostienen la retención del jugador. ¡Por eso algunos de los juegos con mejor jugabilidad siguen siendo un éxito después de varias décadas!
"UNDERPACKED!" Proyecto de alumnis de Voxel School en colaboración con UCM
La jugabilidad depende de varios componentes que, en conjunto, crean control y suponen un reto, y los siguientes son algunos de los más importantes.
La jugabilidad de un videojuego es importante porque es la principal responsable del nivel de satisfacción y disfrute del jugador. Tiene el don de convertir acciones simples en experiencias mucho más gratificantes y, cuando falla, ni el arte más brillante ni un gran argumento son capaces de compensarlo.
Básicamente, una jugabilidad bien trabajada reduce la frustración e invita al gamer a seguir jugando a pesar de que ciertas fases del título supongan un reto. Por eso los equipos de desarrollo se esfuerzan en pulir mecánicas, cámaras y balance. No te olvides de esto: la diversión surge del hecho de interactuar, ¡no solo de disfrutar de un espectáculo a nivel visual!
"NIPA" Proyecto de alumnis de Voxel School en colaboración con UCM
Analizar la jugabilidad de un título conlleva medir qué se siente al jugarlo, qué se percibe al interactuar con sus controles y, más importante aún, cómo se sostendrá la experiencia en el tiempo. Por eso es fundamental tener en cuenta los siguientes parámetros:
Ahora que sabes qué es la jugabilidad en un videojuego y cómo medir el grado de satisfacción que proporciona, estás un poco más cerca de ofrecer una experiencia jugable altamente satisfactoria.
Aunque al hablar de videojuegos lo primero que se te viene a la cabeza son los grandes títulos AAA, hay otros muchos ejemplos, quizás mucho más sencillos, que demuestran que la sencillez, cuando está bien ejecutada, engancha.
Con controles claros, reglas comprensibles y un feedback inmediato, se consigue que todo el mundo pueda disfrutar y divertirse, ¡y a continuación te mostramos algunas muy buenas muestras de ello!
Seguro que la gran mayoría de estos títulos te suenan, ¿verdad? Juega, disfruta y aprende, te servirán como inspiración para aplicar infinidad de detalles de jugabilidad a tus propios proyectos.
Un videojuego con buena jugabilidad envejece mejor porque siempre apetece volver a rejugarlo. Hace un tiempo, por ejemplo, se viralizó la historia de una pareja que llevaba décadas jugándose quién friega los platos con una partida de Mario Kart. Y el Tetris, por muy básico que parezca, sigue arrasando cada vez que publica una nueva versión.
El easy to learn, hard to master atrae a más gente y permite progresar sin atascarse, a la vez que deja margen para mejorar durante años. La clave está en conseguir que cada partida enseñe algo, entregue una pequeña victoria, pero deje un “casi” que invite a reintentarlo una y otra vez.
Si consigues dominar esto, conseguirás dominar la jugabilidad y, con ello, convertirte en una pieza codiciada para cualquier estudio de desarrollo de videojuegos. ¡Y en Voxel School podemos ayudarte a alcanzar esta meta!