La guerra que enfrenta a osos y unicornios y que retrata la película esconde un conflicto interno entre dos hermanos por el amor de su madre. Al belicismo se unen el fanatismo religioso, que lleva a los ositos a odiar a los unicornios y a manipular a la opinión pública, un poco el origen común de las guerras, y la mitología, una leyenda que justifica ese odio hacia los unicornios.
Este proceso se ha convertido en un viaje visual que se traslada a unas cifras de vértigo: 6 años de proceso, más de 250 profesionales, 1.453 planos, más de 50 personajes o 124.515 fotogramas. O lo que es lo mismo, una producción de altos vuelos.
Uno de los principales retos en la animación de esta película ha sido la convivencia entre la animación tradicional y la animación 3D. Ya que la mayoría de las animaciones de los osos se realizaban en 2D y las de los unicornios en el formato tridimensional.
Este proceso se ha realizado utilizando el programa Blender, que es un programa de diseño en 3D, y para integrar esta y el 2D se utilizó la herramienta Grease Pencil. Gracias a esto, Unicorn Wars se convierte en la primera película en estar animada de esta forma.
La película del animador Alberto Vázquez, se estrenó en cines el pasado 21 de octubre, después de tener su première española en el Sitges Film Festival y su premiere internacional en Annecy 2022.
Parece que las buenas noticias para la animación no cesan, si recientemente Guillermo del Toro se llevaba el Globo de Oro a mejor película de animación, una innovadora animación para público adulto es candidata a ganar un Goya el próximo 11 de febrero en Sevilla.