Aunque no es una enfermedad mental muy conocida, se estima que afecta al 70% de las personas, al menos en algún momento de su vida.
El sentimiento generalizado que produce este llamado síndrome es que las personas que lo padecen piensan que no están a la altura de las expectativas, o que no son lo suficientemente buenas, capaces o competentes. Se sienten, como bien anuncia el nombre, impostoras. Consideran que los logros que obtienen son fruto de la suerte, nunca de ellos mismos, y que no son merecedores de estos reconocimientos ni del éxito que han profesado, pues toda prueba de sus competencias es pura coincidencia o no es tan buena como ellos reconocen, lo que les hace sentir que ofrecen una imagen externa no acorde a ellos mismos, engañando a los demás.
Este fenómeno psicológico no afecta exclusivamente a los artistas, en realidad es bastante común. Como mencionamos al principio del artículo, se estima que afecta a 7 de cada 10 personas.
Si esto lo sumamos al contexto artístico en el que muchas veces a los artistas les cuesta considerar a una obra por terminada, tanto porque encuentran errores mínimos como porque siempre ven un rango de mejora en ella, esto se traduce en que para ellos está incompleta siempre, y, por lo tanto, imperfecta.
En este sentido no es raro entonces que se adquiera esta mentalidad de fracaso inconscientemente.
Los artistas que sufren Síndrome del Impostor suelen identificarse generalmente por una falta de confianza en su trabajo, frustración, desmerecimiento de su esfuerzo y una creencia de que no son válidos para su profesión y que han engañado a los demás de lo contrario.
A menudo este sentimiento se manifiesta en situaciones de la vida en la que nos enfrentamos a retos y nos sentimos inseguros.
A continuación os compartimos los cinco perfiles que categorizó la doctora Valerie Young, experta en la materia:
· Los Perfeccionistas: el éxito para estas personas no suele ser satisfactorio, porque al ponerse metas tan altas, siempre piensan que lo podrían haber hecho mejor.
· Los Individualistas: rechazan la ayuda. Sienten que si piden ayuda no demuestran su valía.
· Los Expertos: suelen pensar que no han sido honestos en la selección y temen ser descubiertos.
· Los Genios Naturales: se juzgan a sí mismos, se estresan y se agobian si no hacen las cosas con fluidez, rapidez y a la primera.
· Los Superhumanos: se presionan para trabajar más duro y dar la talla, pudiendo dañar su salud mental y relaciones sociales de las mismas.
Si te sientes identificado con este sentimiento o alguno de estos grupos, te cuesta interiorizar e internacionalizar tus propios logros o tiendes a atribuir tu éxito a golpes de suerte, no te agobies, pues igual que viene, tiende a desaparecer con el tiempo y la experiencia. Empieza a valorar y querer tu trabajo, acepta los elogios y créete merecedores de ellos, porque todo empeño tiene recompensa.
En Voxel School, damos visibilidad y valor a todos los alumnos y a sus proyectos, reforzando su confianza en sí mismos fomentando el aprendizaje constante y contínuo como herramienta clave para la autoestima y el desarrollo personal y profesional.
Además, contamos con un claustro de orientación y un sistema de feedback constante por parte de los docentes, para que nuestros estudiantes estén acompañados en todo el proceso educativo. También contamos con múltiples dinámicas de trabajo en equipo, pues creemos que trabajar con otros compañeros es la forma más enriquecedora de aprender y mejorar como artista, conociendo así distintos estilos y perspectivas, y empatizando con otros artistas y sus propias preocupaciones.
De hecho, estamos orgullosos de la comunidad Voxeliana que se ha creado en toda la escuela, en la que los estudiantes son los primeros en elogiar y difundir el trabajo de otros compañeros, incluso de otras disciplinas.
Ninguna obra es mala. No eres un fraude, solo tienes que trabajar un poco más tu autoestima.